¿Qué comportamiento alimentario debemos aplicar para maximizar la fertilidad de las hembras?
La calidad del pienso. La tasa de reproducción debe ajustarse en función de las estaciones, el tamaño de la camada, la edad de la hembra y su condición física. La calidad del pienso también desempeña un papel importante a este respecto. Si la hembra tiene acceso a una alimentación rica (forraje, un pienso completo utilizado de forma muy restringida), es mejor esperar hasta el destete para volver a ponerlas en cubrición. Con una alimentación equilibrada y completa, el retraso de la cubrición debe adaptarse en función del tamaño de la camada anterior: hasta 7 días para una camada de 1 a 3 conejos; 10 días para una camada de 4 / 6 conejos y 15 días para una camada de 7 conejos.
Alimentación restringida. Las hembras pueden ser sometidas a una alimentación restringida durante la fase de mantenimiento y gestación (mínimo 150 g si están preñadas). Es importante alimentarlas ad libitum al principio de la lactación porque sus necesidades se duplican durante este periodo (mínimo 350 g sólo para las hembras lactantes). Una deficiencia nutricional antes del apareamiento puede reducir la tasa de ovulación y la viabilidad embrionaria. Un déficit nutricional alrededor del pico de lactación tendrá un impacto negativo en la producción de leche y, por tanto, en el peso y la viabilidad de las crías de conejo.
Alimento complementario. El uso de un pienso complementario altamente concentrado (energía, proteínas, aminoácidos, vitaminas, oligoelementos) puede ayudar a mejorar los resultados de la cría. Si se administra en periodos clave del ciclo, contribuirá a satisfacer las necesidades de las conejas y producirá un efecto de descarga. También puede distribuirse a los machos reproductores para mejorar la calidad de su semen.
¿Cuántos actos de apareamiento debe realizar cada macho al día?
Las características del semen varían mucho de un macho a otro. Es importante anotar los resultados de rendimiento en hojas de registro separadas. Así podremos seleccionar los machos en función de su potencial reproductor. Los machos jóvenes pueden criar a partir de los 5 ó 6 meses, pero deben empezar a aparearse gradualmente. No obstante, se recomienda no realizar más de un apareamiento al día por cada macho, ya que normalmente la segunda eyaculación suele contener mucho más esperma. También es importante respetar un intervalo de un día entre dos apareamientos.
¿Cómo alimentar a los gamos para optimizar su fertilidad?
La alimentación de los machos influye en la calidad de su semen, pero también en su libido. La ingesta voluntaria de alimento de un macho de menos de 5 meses es de aproximadamente 170 g/día. Si a un macho se le da un pienso de bajo valor energético, por ejemplo un pienso de engorde, es mejor alimentarlo ad libitum. Sin embargo, hay que tener cuidado de que no engorde demasiado, ya que esto podría afectar negativamente a su rendimiento reproductor. Con un pienso de maternidad o un pienso específico para machos, se puede someter a los machos a una alimentación restringida (alrededor de 160 g/día) para limitar su aumento de peso. Sin embargo, debemos asegurarnos de que el nivel de ingestión no sea demasiado limitado, ya que, de lo contrario, esto podría reducir su libido, su volumen de semen y afectar a la calidad de los espermatozoides.