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Limitar la presión parasitaria en los peces de piscifactoría Logo Feedia

La presencia de parásitos puede provocar retrasos en el rendimiento, la aparición de infecciones oportunistas e incluso la muerte de los peces de piscifactoría. El intercambio de experiencias entre acuicultores y la creciente investigación en aditivos para piensos son algunas de las nuevas formas de hacer frente a este problema. ¿Cómo controlar la presión de los parásitos en las piscifactorías para que el crecimiento y la rentabilidad sean satisfactorios?

Los parásitos son organismos patógenos que viven de los recursos de su huésped. Los parásitos de los peces suelen clasificarse según su modo de vida, como sigue:

  • Los ectoparásitos (parásitos externos) se desarrollan en la piel o las branquias de los animales.
  • Los endoparásitos (parásitos internos), se desarrollan en la luz intestinal o en otros órganos de los peces de piscifactoría. Por lo tanto, son más difíciles de detectar, sobre todo en una fase temprana.

Los ectoparásitos (parásitos externos) se desarrollan en la piel o las branquias de los animales.

¿Cómo puede medirse el nivel de infestación de una explotación?

Los parásitos que contaminan a los peces de piscifactoría pertenecen a especies muy diferentes: protozoos, crustáceos, platelmintos, etc. Su patogenicidad depende de muchas variables, como la edad de los peces infestados, su estado de salud y sus condiciones de vida.


Varios indicadores pueden ayudar a medir el nivel de infestación de una población de peces. La prevalencia (es decir, el porcentaje de animales infectados) puede evaluarse a partir del número de peces examinados. La intensidad de la infestación se calcula a partir del número medio de parásitos en un hospedador infestado. En casi todos los casos, la determinación de estas variables implica el sacrificio de algunos peces para contabilizar el número de parásitos que contienen.

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¿Qué amenazas plantean los parásitos en la acuicultura?

Los sistemas abiertos, los estanques de tierra o las jaulas marinas son mucho más propicios al contacto entre peces y parásitos que los sistemas recirculados, estos últimos mucho más circunscritos. Sin embargo, las instalaciones recirculadas siguen estando sujetas a la contaminación exterior: una vez que los parásitos empiezan a filtrarse por ellas, puede resultar difícil deshacerse de ellos.
Los síntomas de las infestaciones varían sustancialmente de una especie de peces a otra y de una cepa de parásito a otra. Dependiendo de la especie de parásito y de la salud de los animales, la prevalencia y la intensidad de la infestación, la presión parasitaria en una población de peces puede tener distintas repercusiones:

  • disminución del rendimiento de los animales: los parásitos se desarrollan alimentándose de parte de los recursos de sus huéspedes, debilitándolos;
  • deterioro de la integridad de los tejidos de los que cuelgan los parásitos: estas heridas constituyen vías de entrada potenciales para otros agentes patógenos;
  • la muerte se produce en los casos más críticos.

¿Cómo controlar la disminución del rendimiento derivada de la presencia de parásitos?

Las condiciones favorables para el desarrollo de parásitos incluyen

  • elevadas densidades de peces: este contexto favorece la transferencia de parásitos de unos peces a otros;
  • la bioincrustación de los sistemas de cría debido a la acumulación de desechos orgánicos o al ensuciamiento de las redes;
  • el contacto con animales salvajes.

Dado que muchos sistemas utilizan agua potencialmente contaminada por parásitos, se suelen emplear sistemas de filtración. Aunque éstos pueden evitar que una población de peces se contamine por patógenos grandes, son ineficaces para bloquear los parásitos más pequeños.
La gestión de la presión parasitaria es compleja, como demuestran las recientes dificultades experimentadas por la industria del salmón de acuicultura más madura al intentar contener la invasión de piojos de mar.
Muchos productos que actúan contra los parásitos pueden acabar siendo tóxicos para los peces de piscifactoría y/o para los acuicultores que los utilizan. El impacto medioambiental de estos productos también plantea graves problemas, al igual que sus posibles efectos sobre quienes los consumen cuando no se respeta la fecha de retirada.
Además, los parásitos son patógenos cuyos ciclos vitales suelen ser complejos. Un producto eficaz en una determinada fase de desarrollo puede resultar completamente impotente si se utiliza contra el mismo parásito en otra fase. Cuando eso ocurre, los tratamientos sólo pueden disminuir temporalmente la presión.
Por ello, a menudo es necesario aplicar tratamientos de baño más o menos prolongados. Aunque estas acciones pueden resultar difíciles en los estanques elevados, a menudo son imposibles de llevar a cabo en las jaulas marinas.
 
Los aditivos para piensos son otra vía prometedora para controlar la virulencia de los parásitos. De hecho, algunos de ellos han demostrado su capacidad para reducir la presión parasitaria y/o los retrasos en el rendimiento. La posibilidad de incorporar tratamientos en los piensos puede permitir evitar la manipulación de productos tóxicos.
El intercambio y la puesta en común de experiencias entre ganaderos puede ser beneficioso, ya que les brinda la oportunidad de aprender unos de otros. Los intercambios entre productores, técnicos y expertos que participan en las cadenas de producción pueden ser fructíferos, ya que los problemas parasitarios suelen tener repercusiones regionales que ya han experimentado otros agricultores.

El Grupo Techna ayuda a muchos agricultores en su búsqueda de métodos eficaces para controlar la presión de los parásitos. Nuestra posición en la fase anterior del proceso de producción nos permite adoptar un enfoque global de estos problemas. Si desea más información, póngase en contacto con nuestros expertos.

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