Todos los esfuerzos deben centrarse en reducir las fuentes y vías de infecciones externas e internas. El primer paso es realizar un estudio bacteriológico en la granja para identificar las bacterias responsables de las infecciones. Esto se hace en vacas que no han sido tratadas con antibióticos: su leche debe tener un recuento celular elevado. De este modo, se podrá determinar con precisión qué bacterias están presentes en la ubre y, por tanto, de qué reservorio se trata.
En el caso de un reservorio mamario, es preferible limitar la posibilidad de contaminación durante el ordeño: desinfección de las pezoneras tras el paso de una vaca contaminada, cambio de paños y especial vigilancia ante cualquier avería en la máquina de ordeño (succión, vacío, presión, etc.).
En caso de depósito ambiental, hay que limitar la contaminación de la cama de las vacas. Para ello, es aconsejable acolchar más abundantemente o con mayor frecuencia, reducir la densidad de vacas, controlar la humedad de la cama mediante ventilación y orientar la flora bacteriana de la cama.
Para limitar el riesgo de infección, el sistema hepatobiliar debe funcionar correctamente. Un ataque al hígado, órgano depurador y desintoxicante, puede, por toxinas o exceso de grasa, repercutir en el sistema natural de defensa inmunitaria del animal. Por lo tanto, antes de tomar cualquier medida, es importante actuar sobre el drenaje de las vías de eliminación de residuos metabólicos de la vaca. Un drenaje eficaz ayuda a desatascar los sistemas de eliminación metabólica del organismo, aumentando la capacidad del animal para combatir rápidamente las infecciones concomitantes.
La alimentación también desempeña un papel importante a este respecto: una dieta desequilibrada puede provocar una reducción de la eficacia inmunitaria local, poniendo en peligro la integridad fisiológica de la ubre. En consecuencia, el periodo de secado es crucial: si no se gestiona adecuadamente, los pezones seguirán siendo un punto de entrada ideal para nuevas infecciones, y la recuperación de las infecciones crónicas será limitada. Varios factores pueden contribuir al éxito del periodo de secado: una dieta adaptada, el cese rápido de la secreción láctea y una corta duración de la involución mamaria. El objetivo final es favorecer la formación natural del tapón de queratina lo antes posible.
La calidad celular de la leche que usted produce requiere una atención constante. Nuestros especialistas le ayudarán a tomar las medidas preventivas necesarias, como el secado rápido y natural, el refuerzo de la inmunidad del animal y la prevención del aumento del número de células. Sea cual sea el tamaño de su explotación o la proporción de leucocitos en la leche. Para más información, ¡no dude en ponerse en contacto con nuestros expertos!