Todos los años en primavera, a medida que los días se alargan, las yeguas vuelven a tener sus ciclos mensuales y entran en su periodo reproductivo. Algunas yeguas serán más sensibles a estos cambios que otras, presentando molestias, dolor y/o un comportamiento imprevisible, lo que dificulta su manejo. En el caso de las yeguas de cría, una vez más, no todas tendrán los mismos niveles de fertilidad, pero existen soluciones que pueden mejorar la fertilidad.
Desde los dos años hasta el final de su vida, las yeguas entran en celo en primavera, tras el periodo invernal, llamado "anestro", cuando el aparato reproductor está en reposo. El alargamiento de los días repercute en las hormonas reproductivas de las yeguas. La mayor exposición a la luz genera una acción positiva en una parte del cerebro llamada glándula pineal, que frena la secreción de melatonina -la hormona del sueño- y el hipotálamo produce más GnRH (hormona liberadora de gonadotropinas), una hormona que estimula los ovarios. De este modo puede iniciarse el ciclo reproductivo.